De nuevo agradezco a Dios que así sea, que, reanudo mi vida literaria (nunca la dejé), pero..., digo siempre que sin mi pluma activa me es difícil vivir. No he dejado de escribir, en esta etapa de mi vida en la que los acontecimientos han sucedido y me han sorprendido gratamente. Son años en los que también hay muchos cambios, siempre en mí.

Me considero un ser al que quiero profundamente, y eso lo debo a gente que igual ella no lo sabe. La vida te va marcando pautas, caminos por los que vas salvando sus empedrados sentidos, si crees que hay alguno fácil te equivocas, lo que ocurre es que si los aprendes a andar se te hacen posibles y los consideras cómodos.

Bueno, el día me espera y no lo quiero defraudar, ni a él ni al mundo, tan presente en mi vida por tantas razones.

Que cada día sea tu segunda dermis, una capa que te pones y no debe pesar, acoplada a tu cuerpo debe de darte la tranquilidad de que estás cubierto por lo aprendido del día anterior, yo a eso lo llamo experiencia.